Teníamos solo unas horas para disfrutar de Fortaleza antes de coger el autobús que nos llevaría hasta Uruaú.

Todos nos levantamos muy temprano por la mañana, a pesar del sueño y el cansancio, ¡es lo que tiene el jet lag!

Madrugadores en la puerta de nuestro apartamento Porto de Iracema, en Fortaleza

En nuestro edificio había una cafetería así que bajamos a desayunar. Nos pedimos una tapioca de presunto e queijo (jamón y queso) y un café.

La tapioca es una especie de harina, realmente se presentan en forma de bolitas, y proviene de la raíz de la mandioca. En Brasil se hacen en la sartén y se preparan en forma de tortas que se pueden rellenar con ingredientes dulces o salados, mi preferida es la jamón y queso.

No teníamos mucho tiempo para visitar Fortaleza, solo unas horas por la mañana, porque a medio día salía el autobús para Uruaú, donde pasaríamos los próximos 3 días, de viernes a domingo. Este transporte lo pusieron los novios para todos los invitados que habían llegado en avión a Fortaleza.

Así que lo primero que hicimos fue visitar nuestra antigua casa donde estuvimos viviendo años atrás mi amiga y yo, estaba solo dos calles mas allá de nuestro alojamiento, ¡vivíamos pegaditas a la playa! ¡Me parecía mentira volver a estar allí!

Luego recorrimos el paseo de la Praia de Iracema hasta el Ponte dos Ingleses, mientras hacíamos unas fotos nos sorprendieron unos delfines que casualmente nadaban por allí, ¡fue impresionante encontrarnos con esa imagen!

Paseando por Praia de Iracema, Fortaleza
Ponte dos Ingleses, Fortaleza

Después de un rato caminando volvimos al apartamento a por las mochilas y cogimos un taxi para la avenida Beira Mar, donde nos esperaba el autobús.


  Cómo ir de Fortaleza a Uruaú.

Para ir de Fortaleza a Uruaú se puede coger un autobús o alquilar un coche.

Nosotros fuimos en autobús porque así lo organizaron los novios para trasladar a los invitados que llegaban a Fortaleza desde España, pero el autobús tenía una hora de salida y otros amigos que llegaron más tarde optaron por alquilar un coche.

Nos bajamos del taxi y allí estaban todos, los novios y un autobús lleno de españoles, nos quedaban 2 horas por delante y el viaje prometía ser divertido, ¡pero no podíamos imaginar todo lo que luego ocurriría por el camino!

  Nuestra experiencia en autobús de Fortaleza a Uruaú.

En cierto momento del trayecto, el autobús se paró porque había unos troncos en mitad de la carretera que impedían el paso. De pronto cundió el pánico, a veces en Brasil los delincuentes ponen obstáculos en las carreteras para asaltar a los pasajeros de los vehículos que se ven obligados a parar. Pero este no fue el caso, al parecer había una obra y no se les ocurrió mejor forma de cortar la carretera, ¿para que usar vallas teniendo unos buenos troncos de árbol?

Nos vimos obligados a dar la vuelta y cambiar la ruta, por lo que el viaje se alargó un poco más de lo esperado.

Cuando comenzamos a ver carteles que indicaban Beberibe, supimos que estábamos cerca y ya nos quedaba poco para llegar, pero nuevamente algo hizo que el viaje se retrasara un poco más. El conductor no tenía muy claro el camino hacia nuestro destino, y fue una chica brasileña amiga de los novios que viajaba con nosotros la que le tuvo que dar indicaciones para llegar a Uruaú. Además tuvimos que hacer varias paradas para que el hombre se bajara a preguntar a la gente de la calle por el camino que debía seguir.

Muchos de los que iban en el autobús estaban entre indignados y sorprendidos, ¿un conductor de autobús que no conoce el trayecto que debe realizar? ¿cómo podía estar tan perdido? pero los que ya habíamos vivido allí sabíamos que esto podía ocurrir por lo que solo podíamos reírnos de la situación.

Después de casi 4 horas de viaje para hacer un trayecto que normalmente sería de unas 2 horas, llegamos a Uruaú, un pueblecito costero muy pequeño, con casas bajas y sus calles sin asfaltar.

Una calle de Uruaú, Beberibe
Una calle de Uruaú, Beberibe

  Nuestro alojamiento en Uruaú

Nos bajamos del autobús y nos dirigimos a la Pousada Vida Boa, nuestro alojamiento para los próximos 3 días.

Pousada Vida Boa, Uruaú, Beberibe

Esta pousada no está en booking ni en otras webs de reserva, os cuento en detalle como realizamos la reserva de nuestros alojamientos en Brasil. La posada era una pasada, realmente recomiendo este sitio si visitáis Uruaú, bonita, acogedora, tranquila y muy cerca de la playa.

El precio total fue de R$600 (unos 137€ en aquel momento) para 2 noches, es decir fueron unos 11€ por persona y noche.

Dejamos nuestras cosas y nos fuimos a la playa a buscar un sitio para comer, ¡estábamos hambrientos! El viaje se había alargado demasiado y la tapioca de presunto e queijo (jamón y queso) la teníamos ya en los pies.

  Uruaú, Beberibe. Una playa desierta solo para nosotros.

Cuando llegamos a la playa y vimos aquello alucinamos, kilómetros y kilómetros de arena blanca y absolutamente nadie. A lo lejos vimos lo que parecían unas barracas (así llaman a los chiringuitos de playa en Brasil) por lo que comenzamos a andar hacía allí.

Playa desierta en Uruaú, Beberibe

Cuando estábamos más cerca vimos que estaban todos vacíos, no había nadie, así que decidimos parar en uno cualquiera, solo podíamos pensar en comer y nos dabe igual qué y donde. Nos sentamos en una mesa y vino la mujer que regentaba aquel lugar, estaba sola, ella era la que atendía y cocinaba.

Además de hambrientos estábamos secos, después de un rato andando a pleno sol por la playa, así que lo primero que pedimos fueron unas cervejas bem geladas (cervezas bien frías).

Ya hidratados empezamos a pedir la comida, dejándonos recomendar por la señora. ¡Todo estaba riquísimo!

Pedimos macaxeira frita (la macaxeira sale de la mandioca, tienen el mismo aspecto que unas patatas fritas, pero su sabor es diferente, a mi personalmente me encantan), patatas fritas, ya que algunos no eran muy amantes de la macaxeira, peixe (pescado) y por supuesto arroz con feijao (frijoles), acompañamiento indispensable en todas las comidas de Brasil.

Comilona en una barraca en la playa de Uruaú, Beberibe

Teníamos la barriga llena y lo que el cuerpo nos pedía era una siesta, así que nos volvimos a la posada a descansar un poco en las redes (hamacas). No sé si habéis probado alguna vez una hamaca pero es lo más cómodo del mundo y su balanceo te lleva a un estado de relax absoluto.

Descansando en una rede de la Pousada Vida Boa

  ¡Fiesta preboda!

Nos levantamos de nuestra relajada siesta y nos fuimos a ducharnos y a vestirnos para la fiesta. Allí estaban todos los amigos y familiares tanto españoles como brasileños y por supuesto ¡no faltaron caipirinhas!

A mitad de la noche nos entró hambre y salimos a la calle a pillar unos cachorros quentes (perritos calientes). En Brasil tienen una forma muy particular de hacerlos y son espectaculares. Los hacen con salsa de tomate y añaden verduras y patatas paja, ¡no podéis iros de Brasil sin probar uno! 

Volvimos a la fiesta, y seguimos tomando caipirinha al ritmo de la samba hasta altas horas de la madrugada. Cuando todo acabó nos fuimos a dormir, al día siguiente nos esperaba el gran día, ¡la boda!


Día 3. Uruaú. ¡Nos vamos de boda! 


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