El despertador sonó a las 2:45h de la madrugada, creo que nunca antes me había levantado tan temprano… ¡pero seguro que merecía la pena! Íbamos a ver el amanecer en Borobudur.

Esa fue nuestra primera y última noche en Yogyakarta.

Después de visitar Borobudur, iríamos directos a Semarang, desde donde salía nuestro vuelo a Borneo. Antes de irnos a dormir dejamos las mochilas preparadas, así cuando sonara el despertador solo tendríamos que vestirnos, coger las cosas y listo.

Habíamos quedado con nuestro conductor a las 3:00h de la madrugada en la puerta del Good Karma Yogyakarta, nuestro alojamiento en Yogyakarta. A la hora acordada estaba Alaric en la puerta esperándonos en su coche para llevarnos hasta Borobudur. 

Solo habían pasado 15 minutos desde que sonó el despertador así que, aún medio dormidos, cargamos las mochilas al coche y nos pusimos en marcha. 

  Borobudur, el templo budista más grande del mundo

Borobudur es el templo budista más grande del mundo y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue construido entre los años 750 y 850 y su construcción tiene una forma piramidal.

La base forma un cuadrado de unos 118 metros por lado y desde ahí comienza una estructura de nueve plataformas. Seis plataformas cuadradas y tres plataformas circulares en la parte superior. Visto desde arriba forma un mandala budista.

Está decorado con 2.672 paneles de relieve, 504 estatuas de Buda y 73 estupas (una estupa es denominada como un sepulcro para Buda).

Además cuenta con 100 gárgolas que fueron colocadas en las esquinas a modo de caños de agua, para evitar inundaciones en época de lluvias.

Las plataformas superiores presentan 72 estupas pequeñas que se ubican rodeando a una estupa más grande en el centro y en la parte más alta del templo. Las estupas tienen forma de campana y por sus orificios se puede ver como dentro de cada una de ellas hay una estatua de Buda.

El templo es lugar de peregrinaje budista, el recorrido comienza en la base y continúa por un camino que lo rodea. Los diferentes corredores y escaleras conducen a los peregrinos hasta la cima y, una vez allí, alcanzan la iluminación: el equilibrio y la paz interior.

  Ubicación

Borobudur está a unos 40 kilómetros de Yogyakarta. Dependiendo del tráfico, el trayecto puede llegar a durar unas dos horas.

Nosotros llegamos en algo más de una hora. Teniendo en cuenta que eran las 3:00h de la mañana, que no había nadie en la carretera y que parecía ser normal saltarse los semáforos en rojo…

  Horario Borobudur

El horario del templo es de 06:00h a 17:00h.

Si vas a ver el amanecer, entrarás sobre las 4:30h al templo, por lo que tendrás el privilegio de visitarlo antes de que lleguen en masa los primeros visitantes de las 6:00 de la mañana.

Si decides visitarlo por la tarde, no tienes obligación de abandonar el templo a las 17:00h, a esa hora ya no se permiten más entradas pero si estás dentro podrás disfrutar de la visita algo más de tiempo.

  Precio entradas a Borobudur

El precio de la entrada a Borobudur es de 350 mil rupias por persona, unos 20€.

Hay una entrada combinada Borobudur + Prambanan cuyo precio es de 560 mil rupias por persona, unos 32€. Esta entrada no es válida si quieres ver el amanecer en Borobudur.

Si tienes carnet de estudiante te hacen un descuento de casi un 50%. Se supone que puedes mostrar tu carnet de estudiante aunque esté caducado desde hace años. Al parecer siempre cuela, bueno menos conmigo… Después de mi experiencia en Prambanan, esta vez ni lo intenté.

En cualquier caso, te dejo el enlace a la web de Borobudur para que puedas consultar los precios, ya que es posible que cambien con el tiempo.

  Precio entradas para ver el amanecer en Borobudur 

Para ver el amanecer en Borobudur hay que hacerlo desde el Hotel Manohara Resort. Es un hotel que está ubicado dentro del complejo del templo, y donde puedes alojarte por supuesto. 

Esta entrada te permite acceder al templo a partir de las 4:30h de la mañana con lo que, además de ver el amanecer, tendrás la posibilidad de visitar el templo más tranquilamente antes del horario de apertura oficial, a las 6:00h.

El precio de la entrada para ver el amanecer en Borobudur entrando desde el Hotel Manohara Resort es de 450 mil rupias, unos 26€. La entrada incluye desayuno en el hotel y una bolsita con un regalo, ambas cosas te las dan después de la visita al templo. El regalo es un pañuelo con estampado de las estupas del templo, muy chulo.

Para reservar las entradas, puedes hacerlo a través de tu alojamiento, pues organizan visitas al templo. En cualquier caso, te dejo el enlace a la web del Hotel Manohara Resort por si quieres hacer la reserva con ellos directamente, y para que puedas consultar los precios, ya que es posible que cambien con el tiempo.

En nuestro caso, nuestro conductor, Alaric, se encargó de hacernos la reserva de las entradas. ¿Por qué decidimos hacerlo con él en lugar de contratar la excursión de nuestro alojamiento?

  Por qué no contratamos la excursión a Borobudur con nuestro alojamiento

Nuestro alojamiento, el Good Karma Yogyakarta nos ofrecía excursión a Borobudur por 700 mil rupias por persona y no incluía desayuno, lo podías tomar a la vuelta en el propio alojamiento si lo tenías incluido en el precio de la habitación.

• Precio total para dos personas 1 millón 400 mil rupias, unos 81€. Incluye:
  • Viaje de Yogyakarta a Borobudur
  • Visita al templo

Nuestro conductor Alaric nos ofrecía la desplazamiento hasta Borobudur y luego hasta Semarang por 750 mil rupias. Aparte pagaríamos las entradas a Borobudur, 450 mil rupias por persona.

• Precio total para dos personas 1 millón 650 mil rupias, unos 95€. Incluye:
  • Viaje de Yogyakarta a Borobudur
  • Visita al templo 2 personas
  • Desayuno
  • Viaje de Borobudur a Semarang

Nuestro próximo destino era Semarang y volver a Yogyakarta era andar hacia atrás. Luego además, tendríamos que buscar la forma de ir hasta Semarang desde Yogyakarta, y por lo que había leído el autobús tardaba unas 5-6 horas, llegaríamos a Semarang ya de noche.

Así que la primera opción nos iba bastante mal en cuanto a logística.

Mirando el precio, la diferencia era de 250 mil rupias, unos 14€, incluía desayuno y haríamos el trayecto directamente desde Borobudur, en tan solo unas 2 horas. Nos ahorrabámos volver a Yogyakarta y luego buscar la forma de ir de Yogyakarta a Semarang, con lo que llegaríamos a Semarang sobre la hora de comer.

Así que decidimos contratar la visita con Alaric, ¡que además era un encanto!

  Ver el amanecer en Borobudur

Al igual que el día anterior en la visita a Prambanan, Alaric se había encargado de gestionar la reserva de los tickets, por lo que no tuvimos que preocuparnos de nada.

Alaric aparcó el coche y entramos en el Hotel Manohara Resort para recoger nuestras entradas. Nos dijo que nos sentáramos a esperar mientras él se encargaba de recogerlas. Yo estaba flipando porque se puso a hacer cola por nosotros, le dijimos que no era necesario, pero insistió. Desde luego no podíamos estar más agradecidos.

A los pocos minutos apareció con nuestras entradas, nos las entregó y nos indicó que nos esperaría en el parking junto al coche. Nuevamente le volvimos a dar las gracias por todo y ya sí, nos pusimos en la cola para acceder al templo. 

  Llegamos al templo en mitad de la oscuridad

Llegado nuestro turno, nos dieron unas linternas y salimos fuera. Totalmente a oscuras, con ayuda de la luz de las linternas y las indicaciones que íbamos encontrando, comenzamos a subir hacia Borobudur. 

Apenas podíamos ver nada, pero en medio de la oscuridad podíamos distinguir la silueta del templo.

Nos fuimos acercado y comenzamos a subir escalones. ¡Yo estaba alucinando! Llevaba tanto tiempo planeando el viaje a Indonesia, y tenía tantas ganas de visitar ese templo, que no me podía creer que estuviera allí. 

Y la emoción era aún mayor por el hecho de saber que sí, que ya estaba allí, ¡pero no poder ver nada! Solo podía intuir el contorno de las estupas.

Subimos hasta las plataformas superiores y nos sentamos a esperar a que los primeros rayos de luz nos dejaran ver aquella maravilla…

  Comienza el espectáculo: amanece en Borobudur

A medida que iba amaneciendo, nuestros ojos iban descubriendo lo que había a nuestro alrededor.

No me podía creer lo que estaba viendo. Si el templo es impresionante, el entorno lo es más aún. Montañas, árboles milenarios, lianas,… y en medio de aquel espectáculo, el imponente templo budista.

Estaba un poco nublado, por lo que la luz se fue dejando ver detrás de las nubes. No pudimos ver el sol con claridad, pero sí como el cielo se iba tornando color naranja, parecía que el cielo estaba en llamas.

Y por fin, con total claridad, pudimos descubrir lo que teníamos ante nuestros ojos. Me quedé muda, del mismo modo que me estoy quedando ahora. Es difícil describir con palabras lo que sentí al ver tanta belleza aparecer desde la mas absoluta oscuridad.

Comenzamos a recorrer el templo por la parte superior, desde donde habíamos esperado a que amaneciera. A medida que íbamos caminando íbamos descubriendo las numerosas estupas, en cuyo interior, se podían ver figuras de Buda. 

Seguimos recorriendo el templo, maravillados con todo lo que ibamos descubriendo… 

En la cima del templo se encuentra la estupa central, que impresiona por su enorme tamaño. Las otras 72 estupas rodean a la principal colocadas a niveles inferiores.

Después de largo rato recorriendo los niveles superiores y disfrutando de las vistas y de la tranquilidad de estar prácticamente solos en aquel sitio tan espectacular, decidimos ir bajando para ver los niveles inferiores.

Nos encontramos con multitud de paneles de relieve y numerosas figuras de Buda. Fuimos recorriendo los diferentes niveles parándonos en cada esquina, nos quedábamos embobados con cada rincón.

No os podéis imaginar lo que transmite este lugar. Estuvimos allí durante horas, caminando relajados, prácticamente solos, disfrutando de cada minuto, de cada segundo… 

¡Es que no me quería ir!

Ojalá el tiempo se hubiera parado en aquel sitio y en aquel momento: felicidad absoluta. Sin duda puedo decir que en Borobudur alcancé la iluminación: el equilibrio y la paz interior.

  Desayuno y regalo al finalizar la visita

Después de unas 3 horas, decidimos finalizar la visita… ¡me costó mucho! pero no me podía quedar allí para siempre jajaja. Además ya comenzaron a llegar multitudes de personas y el ambiente no era el mismo. Quería quedarme con el recuerdo de Borobudbur tal como lo acababa de vivir.

Así que nos fuimos y, a medida que nos íbamos alejando, me iba girando para ver el templo en la lejanía, no podía parar de mirarlo.

Llegamos de nuevo hasta el hotel a disfrutar de nuestro desayuno, aunque yo seguía mala del estómago… Entregamos nuestras linternas y nos dieron la bolsita de regalo con el pañuelo de Borobudur.

El desayuno no era muy abundante: café, dos pastelitos y 3 trozos de sandía. Pero bueno, como yo seguía mala del estómago, me dio un poco igual. Apenas pude probarlo, comí solo un poco de sandía y ya está .

Totalmente anonadados por la experiencia vivida (y supongo que también un poco por el sueño después del madrugón), nos dirigimos al parking, donde nos esperaba Alaric para llevarnos hasta Semarang.

  Pawon Luwak Coffee

A solo unos minutos de Borobudur, en Magelang, se encuentra la cafetería Pawon Luwak Coffee, donde se puede probar el café más caro del mundo: el Kopi Luwak.

El motivo por el que este café es tan caro, es porque es extraído de las heces de un animal, la civeta. El proceso digestivo de este animal elimina parte de la acidez del café y y hace que su sabor sea más suave.

Alaric nos propuso parar allí y, aunque no estaba en nuestros planes, nos pareció curioso y aceptamos la propuesta. Nos bajamos del coche y una chica nos recibe en la puerta para comenzar a explicarnos el proceso de elaboración del café.

  Kopi Luwak, el café más caro del mundo

La civeta se alimenta de los frutos maduros de café, pasan por su intestino y son expulsados en sus heces. Posteriormente extraen esos granos de café, se lavan y son tostados al sol.

En la entrada de la cafetería tenían dos filas de granos de café: la primera con un color más oscuro aún tenía restos de heces del animal. La segunda, ya estaba lavada y lista para tostar al sol.

Pasamos dentro de la cafetería y nos ofrecieron probar los diferentes tipos de café: robusta y arábica. Decidimos pedir una taza cada uno y así probar los dos tipos. El precio de la taza era de 50.000 rupias, unos 3€. Puede no parecer un precio tan elevado para ser el café más caro del mundo, pero recordemos que estábamos en Indonesia. El precio de esas dos tazas de café era lo mismo que estábamos pagando para comer un menú completo.

Una vez pedimos nuestros cafés nos invitaron a salir a un jardín para sentarnos a esperar que nos los sirvieran. 

  Caso de maltrato animal

Salimos al jardín y no me gustó para nada lo que me encontré allí.

Los animalitos de los cuales extraen el café estaban enjaulados para que la gente pudiera verlos durante la visita. Había algunos que no estaban enjaulados y dormían tranquilamente sobre unas construcciones de madera, pero aún así, estaban allí encerrados y expuestos para los visitantes, a saber en qué condiciones.

Le pregunté a la chica que por qué hacían eso, y por qué los encerraban en jaulas, cuando lo normal sería que las civetas estuvieran libres y se alimentaran de los granos de café de forma natural. Me contestó que ellos cuidaban mucho a los animales y que estaban muy bien atendidos. Yo dudo mucho que un animal enjaulado esté bien…

Nos sentamos y unos minutos más tarde nos trajeron los cafés. Yo solo los probé con un pequeño sorbo porque seguía sin poder comer nada.

La verdad es que estaban muy buenos, sobre todo el arábica, el robusta tenía un sabor mucho más amargo y fuerte. Aunque supimos apreciar el sabor del café, sí que es cierto que el café en Indonesia es difícil de tomar… Al menos a mí no me gusta. Está super cargado y en el fondo de la taza siempre hay como uno o dos dedos de café. Es como si echaran un puñado de café en una taza con agua y lo removieran sin mucho interés.

Nos pusieron además encima de la mesa los diferentes paquetes de café que tenían a la venta, que eran cuatro: arábica en grano y molido y robusta también en las dos versiones.

Decidimos llevarnos un paquete de arábica molido, cuyo precio era 400 mil rupias, unos 23€ por 100 gramos de café.

   Viaja de forma responsable

Salimos de la cafetería y nos dirigimos al coche, donde nos esperaba Alaric para ponernos en marcha hacia Semarang. Estando en el coche le comentamos la visita y expresé mi descontento al ver a esos pobres animales enjaulados, fue ahí donde me di cuenta que comprando el paquete de café estaba participando de aquel maltrato animal y me sentí realmente mal…

Posteriormente me informé sobre el tema y descubrí lo que ya me temía. Las civetas en libertad se alimentan de insectos, pequeños reptiles y frutas, entre ellas los frutos maduros del café. Debido a la popularidad del Kopi Luwak y su atractivo turístico, muchas civetas en Indonesia son enjauladas y alimentadas únicamente a base de café lo cual es claramente un caso de maltrato de animal.

Aquí os dejo un artículo muy interesante de National Geographic que habla sobre este tema.

Es muy importante viajar de forma responsable y evitar este tipo de actividades donde los animales son maltratados o torturados. Yo en este caso participé inconscientemente, ya que esta visita no estaba planeada y no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar allí.

  Cómo ir de Yogyakarta a Semarang

Semarang está a unos 100 km de Borobudur, pero como el tráfico en Indonesia es un caos, tardamos en realizar el trayecto unas 2h y media. 

Nosotros hicimos el viaje con nuestro conductor, pero hay otras opciones para ir de Yogyakarta a Semarang:

  Taxi o coche con conductor

• • Duración: unas 2h y media.
  • Precio: unas 500 mil rupias, unos 28€. Aquí lo mejor es negociar el precio con antelación, para evitar sustos. Más arriba te explico por qué decidimos hacer este viaje con conductor, el precio que pagamos y qué incluía.

  Transfer

• • Duración: unas 4h
  • Precio: unas 90 mil rupias, unos 5€. La compañía que estuvimos mirando fue Day Trans, puedes comprar los tickets a través de esta web o dirigirte a sus oficinas en Yogyakarta y comprarlos directamente allí:
  • 

  Bus público

• • Duración: unas 7h
  • Precio: unas 55 mil rupias, unos 3€. Si te da igual perder un día entero en un autobús por ahorrarte unos euros, esta es tu opción, pero yo no la recomiendo.

  Llegamos a Semarang

Alaric nos dejó en la puerta de nuestro hotel. Le pagamos el importe acordado: 750 mil rupias, unos 43€, por ambos trayectos:

• Yogyakarta – Borobudur
• Borobudur – Semarang.

Y nos despedimos de él muy agradecidos por el trato recibido y por su amabilidad.

¡Alaric es muy recomendable! Aquí te dejos sus datos por si necesitas conductor en Yogyakarta y alrededores:

• Instagram: alaricjogjakartatour
• Web: www.alaricjogjakartatour.com
• Teléfono: +628121586648

  HA-KA Hotel Semarang Managed by Parador

El hotel donde nos alojamos en Semarang fue el HA-KA Hotel Semarang, nos salió por 22€ la noche la habitación doble superior con desayuno incluido.

Subimos a la habitación a dejar las maletas, ¡estaba deseando tirarme en esa cama a dormir! Pero era la hora de comer, así que antes tendríamos que salir a buscar algún sitio.

Yo me encontraba muuuy mal, llevaba ya 3 días con gastroenteritis, sin comer prácticamente nada y el ritmo que habíamos llevado además no había sido precisamente tranquilo… Vuelo a Yogyakarta, visita a Prambanan, madrugón para ver el amanecer, visita a Borobudur, casi 3 horas de coche hasta Semarang… Mi cuerpo me estaba pidiendo parar.

Aunque me yo me habría quedado en la habitación, decidí salir con Beni para acompañarlo a comer, con la condición de que fuera un sitio cerca del hotel, no me veía con fuerzas para caminar muy lejos. Así además aprovecharía para intentar comer algo. Buscamos en Internet un sitio cercano donde ir y salimos a buscarlo.

  Buscando un sitio para comer en Semarang

El calor era insoportable, el sol abrasaba. Además se nos complicó la búsqueda, porque el sitio al que habíamos decidido ir estaba cerrado, con lo que tuvimos que seguir andando para buscar otro.

Me iba a morir. No tenía fuerzas para dar un paso más y el calor me estaba dejando totalmente K.O.

Por fin encontramos un sitio y decidimos entrar. Me pedi agua antes que nada, para reponerme un poco del calor, y decidí intentar comer algo que no fuera muy pesado, así que pedimos pescado.

  Todo se fue a negro… y me desmayé

Trajeron la comida y antes de probar el primer bocado empecé a sentirme mareada. La cosa fue a más y más hasta el punto de que todo se fue a negro. Me tumbaron en un asiento y me trajeron una Coca-Cola, cuando abrí los ojos tenía a varias personas alrededor mirándome fijamente, la chica encargada del bar y varios camareros. ¡Vaya numerito estaba montando!

Seguía con sensación de vomitar, no podía ni beber, y cada vez que me incorporaba un poco, sentía que me iba a desmayar…. Con ayuda de Beni, poco a poco le fui dando pequeños sorbos a la Coca-Cola. A mi alrededor continuaban los camareros y la chica, allí plantados de pie mirándome fijamente. En aquel sitio solo había gente local, así que supongo que no estarían muy acostumbrados a recibir turistas y mucho menos a que se les desmaye uno.

Yo sé que lo hacían por ayudar, pero les pedi por favor que se fueran, tener a un grupo de personas alrededor observándome no me estaba ayudando nada, más bien todo lo contrario.

Poco a poco me fui reponiendo gracias a la Coca-Cola, así que, ya que estaba mejor, le dije a Beni que comiera. Como justo me desmayé cuando trajeron los platos el pobre no había probado bocado. Empezó a comer, aunque la comida estaba ya fría, mientras yo continuaba tumbada, dandole pequeños sorbos a al refresco.

Al fin empecé a encontrarme mejor y conseguí incorporarme en el asiento. Empecé a comer un poco de pescado, muy despacio, ya que llevaba mucho tiempo sin comer. ¡Y muy frío! jajaja.

Después de no sé cuantas horas en aquel lugar, cuando ya me encontraba algo mejor, nos fuimos al hotel. Me acosté y no quise sabe nada hasta al día siguiente que cogíamos nuestro vuelo a Borneo. Nos esperaban 3 días en la selva y necesitaba estar totalmente recuperada. ¡Llegaba el momento más esperado del viaje!

¡Ver los orangutanes en libertad!

  Vídeo

  Resumen… ¿Merece la pena ver el amanecer en Borobudur? 

¡¡¡Ver el amanecer en Borobudur merece muchísimo la pena!!!

Llegar allí en plena oscuridad de la noche y e ir descubriendo las estupas, los Budas y el asombroso entorno que rodea a Borobudur, a medida que la luz del amanecer va inundando todo, es una experiencia única e indescriptible. Además el acceso para ver el amanecer es antes de la apertura al público, lo que te permite disfrutar de la visita al templo estando prácticamente vacío.

¿Crees que alcanzarás la iluminación? 

  Día 2. Visitar Prambanan al atardecer

Día 4. 3 días en klotok en la selva de Borneo   

¡Suscríbete al blog para enterarte de todas las novedades!

¡Sígueme en las redes sociales para no perderte ni un detalle!