Comenzaba nuestra ruta por Jericoacoara. El buggy nos recogía en la posada a las 8:30h así que había que madrugar para desayunar y coger fuerzas antes del paseo.

  Ruta por Jericoacoara – Praia do Preá, Lagoa Azul y Lagoa do Paraíso

Este paseo en buggy lo organizaron los novios de la boda, ya que estaban todos sus amigos allí y haríamos la excursión todos juntos. Recorreríamos la zona este de Jericoacoara.

Entrada de la posada, esperando a los buggies

¡Nos subimos a los buggies y partimos a descubrir Jeri!

Buggies en Jericoacoara

  Praia do Preá

Los buggies salieron de Jeri en dirección hacia la playa y comenzaron a recorrer la orilla del mar por la Praia do Preá.

Teníamos por delante una playa kilométrica de arena blanca. Los colores son impresionantes porque solo se distinguen dos tonos, los azules del cielo y del agua del mar y el blanco de las nubes y de la arena. 

¡Es increíble la sensación de velocidad y notar la fuerza del viento en la cara!

Paseo en buggy por Praia do Preá

  Árvore da Preguiça

La primera parada fue en el árvore da preguiça (árbol de la pereza), se llama así porque debido a la fuerza del viento está totalmente tumbado.

Árvore da Preguiça (Árbol de la Pereza), Jericoacoara

Pasamos de largo porque había una cola enorme de gente esperando para hacerse una foto, preferíamos seguir disfrutando del paseo en lugar de perder tiempo allí esperando para una foto.

Es curioso, porque cuando estuve en Jeri anteriormente, hace 6 años, no había tanta gente ni parecía un lugar tan turístico, simplemente vimos el árbol, nos sorprendió y paramos a hacernos la foto.

  Lagoa Azul

Continuamos por la playa con los buggies y la siguiente parada fue la Lagoa Azul, nos acomodamos en una de sus barracas y nos tomamos unas cervezas.

Estuvimos un rato allí disfrutando de la tranquilidad y del color de aquella maravillosa laguna y partimos a nuestro siguiente destino.

Lagoa Azul, Jericoacoara

  Lagoa do Paraíso

Nos dirigimos a Lagoa do Paraíso, pero la verdad es que la barraca en la que estuvimos no me gustó mucho.

  Portal do Paraíso

Portal do Paraíso, un lugar que solo por el nombre debe atraer a numerosas personas que van buscando eso, el paraíso. Pero lo que van a encontrar allí va ser algo muy diferente. Al menos para mí, el paraíso no es eso.

Portal do Paraiso, Jericoacoara
Entrada al Portal do Paraíso

Era un sitio muy turístico, enorme y a rebosar de gente. En lugar de tener la típica música brasileña de fondo que te relaja y te transmite un buen rollo increíble, aquello parecía una discoteca.

Y por supuesto, al tratarse de un lugar tan orientado al turismo, era carísimo.

Portal do Paraíso, Jericocacoara

Ya que nos habían llevado hasta allí, decidimos quedarnos un rato, bañarnos y relajarnos en las redes (hamacas). Luego iríamos a otro sitio donde poder comer a un precio razonable y sentir eso que te transmite Jeri, esa paz que, en aquel lugar con tanta gente, no encontramos. 

Compartiendo rede en Lagoa do Paraíso, Jericoacoara
Compartiendo rede en Lagoa do Paraíso, Jericoacoara
Lagoa do Paraíso, Jericoacoara
Lagoa do Paraíso, Jericoacoara

Después de un rato, cambiamos de sitio y fuimos a otro que conocíamos de nuestro anterior viaje a Jeri, un sitio muy típico, muy auténtico y muy tranquilo.

  Barraca do Paulo

La verdad es que a los que nos llevaban en los buggies no les hizo mucha gracia el cambio, seguramente porque ellos se llevan alguna comisión por llevar a clientes a gastar sus reales a Portal do Paraíso.

Pero no les quedó más remedio que llevarnos a donde les pedimos, la Barraca do Paulo.

Vistas a Lagoa do Paraíso desde Barraca do Paulo
Momento de relax en Barraca do Paulo
Brindis con cerveja en Barraca do Paulo

Esto sí que era un autentico paraíso: muy poca gente, música brasileña de fondo, vistas a la Lagoa do Paraíso, tus mejores amigos y cerveza.

Absorbiendo la paz de Jericoaocara

Allí estuvimos algunas horas dejando que pasara el tiempo, disfrutando del momento y absorbiendo la paz que, ahora sí, nos estaba transmitiendo Jeri.

Cuando los estómagos comenzaron a rugir, entramos dentro y pedimos para comer. Por supuesto pedimos varios platos de peixe (pescado) y para acompañar ensaladas, verduras y arroz con feijão.

Almuerzo en Barraca do Paulo

Después de comer tocaba volver, queríamos llegar a tiempo para ver la puesta de sol.

Pero surgió un problema, uno de los buggies no arrancaba, después de un rato de espera mientras los conductores revisaban el motor consiguieron arreglarlo y volvimos al pueblo a tiempo para ver la puesta de sol.

Fue un día muy completo y lo compartimos con todos los españoles invitados a la boda, un grupo de más de 20 personas.

Grupo de españoles en Jericoacoara

  Duna do Pôr do Sol

Cuando llegamos a Jericoacoara, subimos hasta la Duna do Por do Sol (Duna de la Puesta de Sol)Desde allí se observan uno de los mas bonitos atardeceres que he visto en mi vida.

Puesta de sol tapada por las nubes, Duna do Pôr do Sol, Jericoacoara

Pero ese día estaba un poco nublado y no pudimos verlo. Nos tuvimos que conformar con el juego de luces que se escondía tras las nubes y que se reflejaba en el mar de la playa de Jericoacoara.

Pero no había problema, aún nos quedaba una noche más allí así que teníamos otra oportunidad para disfrutar de la puesta de sol.

  Reserva para el passeio del día siguiente

De camino a la posada, fuimos mirando los diferentes puestos que ofrecen excursiones para reservarla para el día siguiente.

Preguntamos en varios sitios y finalmente nos decidimos por uno que ofrecía el precio más barato, R$300 por buggy, cogeríamos 2 ya que éramos 6 personas.

La chica me me dijo que a las 8:00h nos recogerían los buggies en nuestra posada. Me dio su whatsapp para que pudiéramos estar en contacto por lo que pudiera pasar.

  Las noches en Jericoacoara

Las noches en Jericoacoara están llenas de vida, hay muchos bares y restaurantes donde tomar algo y cenar.

Bares en Jericoacoara

Después de ducharnos, nos fuimos a cenar.

Al lado de la playa hay unos puestos donde preparan caipirinhas de diferentes sabores. Además preparan otros tipos de cócteles.

¡Y allí nos fuimos después de cenar a tomarnos unas caipirinhas! Yo me pedí la tradicional que es la que está buena de verdad: hielo, cachaça, lima y azúcar. 

Puestos de caipirinhas en la playa de Jericoacoara

Después de tomarnos varias “caipis”, nos fuimos a buscar un poco de ambiente por el pueblo y encontramos un sitio donde había que pagar una entrada, pero podías acceder a un recinto donde daban conciertos. Decidimos entrar a ver qué nos encontrábamos.

Al principio no había mucha gente, supongo que porque era muy temprano. Pero empezó a llegar gente, comenzaron los conciertos y aquello se convirtió en una auténtica fiesta.

 

Bebimos cerveza y bailamos hasta que nuestros cuerpos y el sueño dijeron basta.

Al día siguiente volvíamos a madrugar para continuar con nuestro segundo día de ruta por Jericoacoara.


En nuestro primer día de ruta por Jericoacoara recorrimos la Praia do Preá en buggy hasta llegar a Lagoa Azul, luego nos dirigimos hacia Lagoa do Paraíso para terminar nuestra jornada en la Duna do Pôr do Sol, aunque a causa del clima no pudimos ver la puesta de sol. 

Ciertas cosas habían cambiado en Jeri desde la última vez que lo visité, pero por suerte, algunos sitios continuaban conservando su autenticidad, huyendo del turismo masivo, de los precios elevados y de la modernidad. 


Día 6. Ruta por Jericoacoara – Mangue Seco, Lagoa de Tatajuba y Duna do Pôr do Sol


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