Nuestro segundo día de ruta por Jericoaocara fue muy divertido. Después del día anterior recorriendo la zona este de Jeri, esta vez partimos rumbo a la zona oeste.

Nuevamente nos levantamos por la mañana muy temprano, para desayunar antes de que los buggies llegaran a por nosotros.


  Ruta por Jericoacoara – Mangue Seco, Lagoa de Tatajuba y Duna do Pôr de Sol

El segundo día de ruta por Jericoacoara comenzó por la playa, donde había mucha gente practicando kitesurf. Creo que ya he mencionado en otras ocasiones lo fuerte que sopla el viento en esta zona de Brasil.

Kitesurf en la playa de Jericoacoara

Tuvimos que cruzar una de las muchas lagoas que hay en Jericoacoara, pero esta vez con buggies incluidos. Nos montamos en unas barcas que nos transportaron hasta el otro lado.

Cruzando una lagoa con buggies incluidos, Jericoacoara

  Mangue Seco

Al otro lado de la lagoa, el paisaje empezó a cambiar, donde antes solo había dunas de arena blanca, apareció una especie de bosque repleto de árboles secos. Solo en alguno de ellos se podían contemplar hojas verdes.

Llegamos a Mangue Seco.

Entrando en Mangue Seco, Jericoacoara
Entrando en Mangue Seco, Jericoacoara
Mangue Seco, Jericoacoara
Columpio en Mangue Seco, Jericoacoara
Columpio en Mangue Seco, Jericoacoara
Felices los seis en Mangue Seco, Jericoacoara

Después de hacer varios intentos de pirueta en sus columpios, y subirnos a los árboles como monos, pedimos un coco para refrescarnos y continuamos nuestro camino en buggy.

  Paseo en Buggy por las dunas

¡Recorrimos las dunas a toda velocidad y fue increíble! Como éramos seis personas, íbamos en dos buggies y entre ambos conductores se picaban a ver quién corría más.

Tengo que reconocer que pasé bastante miedo cuando decidieron tirarse por una duna de muchos metros de altura, no sé cuantos, ¡pero muchos!

Cuando vi que se tiraban por la duna no me lo podía creer ¡¡vamos a volcar!! Gritamos todos. Pero qué va, cuando comenzamos a bajar, el miedo se convirtió en un subidón de adrenalina y nos flipó tanto que les pedimos que volvieran a repetir unas cuantas veces más.

Allí en medio de las dunas a toda velocidad, ¡era una sensación de libertad absoluta! 

Dunas, Jericoacoara

Paramos en un duna enorme que terminaba en una pequeña lagoa.

Dunas, Jericoacoara

También se podía practicar sandboard, que consiste en descender por las dunas en una tabla. Es como el snowboard, pero en lugar de con nieve, con arena.

Sandboard en las dunas de Jericoacoara

No nos atrevimos con la tabla, nosotros simplemente nos tiramos por la duna.

El problema de esta duna, es que luego había que subirla, y no resultaba tarea fácil. Por suerte había una cuerda con la que te podías ayudar para subir, pero aún así, costaba.

Subiendo la duna, ya sin fuerzas, Jericoacoara

Fue increíble la sensación de saltar por la duna, aunque tengo que reconocer que daba un poco de miedo porque era como saltar al vacío, aunque supieras que ibas a caer en arena.

 

 

Recuerdos de 2011

Antes de irnos quise hacerme esta foto, porque tengo una igual de la última vez que estuve en Jeri. Me hacía ilusión.

Duna de Jericoacoara, Agosto 2017
Duna de Jericoacoara, Junio de 2011

Más tarde cuando vi la foto que hice 6 años atrás, me di cuenta de que aquel lugar había cambiado muchísimo. ¿Me ayudas a encontrar las 5 diferencias?

  1. En la foto actual el paisaje es mucho más seco, eso es porque fuimos en agosto. En 2011 fuimos en junio, mes más cercano a la epoca de lluvias, por lo que todas las lagoas estaban hasta arriba de agua. He visto fotos con esta duna completamente seca, sin nada de agua abajo. También influye mucho cuánto haya llovido ese año, si llueve menos, las lagunas estarán mas secas.
  2. Aparecen varias personas, coches y buggies al fondo en la foto más actual. En la foto de 2011 no hay nadie, ¡y realmente no había nadie en aquel lugar! solo nosotros.
  3. Hay dos barracas al fondo en la foto de 2017, se ve que con los años y el turismo se han ido realizando nuevas construcciones. En la foto de 2011 no hay nada, solo una pequeña cabaña que daba sombra y un par de redes para poder relajarte en el agua después de tirarte por la duna
  4. En la foto actual yo estoy al revés… sí, quería hacerme la misma foto 6 años más tarde y me equivoqué de lado, pero bueno no me di cuenta hasta que no vi la foto de 2011.
  5. (Lo que no se ve) Tuvimos que hacer cola para tirarnos por la duna y para hacer fotos, había como 8 buggies allí parados y un montón de gente esperando. Como ya dije en el punto 3, cuando estuve en 2011 no había nadie, solo nosotros para disfrutar de aquel lugar.

Sorprende como pueden cambiar las sensaciones cuando visitas un mismo lugar por segunda vez, sobre todo cuando visitas un lugar que te transmite tantas cosas.

Nunca vuelves a vivirlo igual, pero eso no quiere decir que sea peor, simplemente es diferente.

Es una pasada saltar desde lo alto de una duna, es como si saltaras al vacío. ¡Lo disfrutamos muchísimo!

Volvimos a los buggies y seguimos atravesando dunas, era adictivo, ¡no queríamos parar!

  Lagoa de Tatajuba

La siguiente parada fue en Lagoa de Tataujuba, nos relajamos después del subidón en las redes (hamacas) con unas cervezas y una buena comilona.

Lagoa de Tatajuba, Jericoacoara
El viento haciendo de las suyas, Lagoa de Tatajuba, Jericoacoara
Lagoa de Tatajuba, Jericoacoara
Lagoa de Tatajuba, Jericoacoara
Peixes (pescados) a elegir para comer en Lagoa de Tatajuba, Jericoacoara

Comimos muy bien, allí lo normal es que te muestren el pescado que tienen para que tú elijas el que más te apetezca. Nos pegamos un buen homenaje y pasamos el resto de la tarde relajados en aquella lagoa.

  Duna do Pôr do Sol

El día anterior no pudimos disfrutar de la puesta de sol por culpa de las nubes, así que nos fuimos para poder llegar a tiempo a la Duna do Pôr do Sol y verla.

Y este vez sí tuvimos suerte.

Puesta de sol, Duna do Pôr do Sol, Jericoacoara
Puesta de sol, Duna do Pôr do Sol, Jericoacoara

El cielo estaba despejado y pudimos ver una puesta de sol preciosa.

Bajamos la duna y nos dirigimos al pueblo. En uno de los muchos bares que hay en la playa nos comimos un açai bowlEl açai es un fruto de color morado que nace de una palmera típica del norte sudamericano.

Açai Bowl, Jericoacoara

En Brasil es muy típico tomarlo así, ponen el açai como si fuera una pasta helada y encima añaden diferentes ingredientes, plátano o cualquier otra fruta, coco rallado, leche en polvo, pasas, granola o cualquier ingrediente que se te ocurra. ¡Está buenísimo! y también llena muchísimo.


Este fue nuestro segundo día de ruta por Jericoacoara.

Nos dirigimos a Mangue Seco para luego hacer carreras con los buggies y saltar dunas para después calmar el subidón con unas cervezas y una comilona en Lagoa de Tatajuba. Y la mejor forma de acabar el día, en la Duna do Pôr do Sol, para contemplar un maravilloso atardecer.

Una vez más, Jeri me enamoró.

Eu amo Jeri.



Día 7. Comienza la SEGUNDA ETAPA del viaje: Chapada Diamantina – Salvador de Bahía próximamente


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